martes, 3 de junio de 2014

Es habitual que muchas personas se quejen de la congestión vial de su comunidad, de la mutilación de áreas verdes en favor de más veredas y muchos otros factores que contribuyen a la contaminación. Este es un problema en muchas urbes del mundo. No obstante, existe un lugar donde la magnitud no tiene comparación: Linfen (China).





En 1980 Linfen era reconocida por su agricultura y extensas áreas verdes, incluso ante los ojos del mundo tenía la fama de ser “Ciudad de la flor y la fruta moderna”. Ciertamente, hasta fines del siglo XX se le consideró un muy buen lugar para vivir. Nadie imaginó el drástico cambio que sufriría la ciudad dentro de tan poco tiempo.

Antes y después. Foto: http://www.democraticunderground.com/


Para el año 2002 la población se incrementó a más de cuatro millones de personas (en los ochentas no llegaban al millón) y eso ocasionó gran demanda energética, además del fuerte interés por industrializar la zona en el rubro minero.
Se edificaron excesivas minas de carbón, fábricas y procesadoras para metales pesados. No pasó mucho y el cielo se cubrió de densas nubes negras; el sol desapareció para los ojos de los habitantes, los cuales ahora solo notan su presencia veinte días al año; y el uso de máscaras se hizo obligatorio para poder seguir viviendo.
Foto: www.greenpeace.org

El envenenamiento es por aire, tierra y agua. No hay nada ni nadie que se salve del dióxido de sulfuro, monóxido de carbono, arsénico, plomo y demás óxidos de nitrógeno. Se dice que vivir un día aquí equivale a fumar treinta cajetillas de cigarros.
Las consecuencias son una esperanza de vida de apenas sesenta años, aceptar las enfermedades respiratorias y el cáncer pulmonar como algo común, etc. Todo eso le vale a Linfen el triste reconocimiento a la ciudad más contaminada del planeta.
La Linfen actual. Foto: patrullaverde.net

El gobierno chino ha tomado medidas para remediar este problema: se han clausurado mil instalaciones carboníferas; el gas natural se ha proporcionado a más de cien mil familias; los autos eléctricos se ven con mayor frecuencia; se fomenta el uso de bicicletas; etc.
El hospital principal registra 20% menos pacientes por enfermedades respiratorias desde el 2008. Sin embargo, el problema sigue en potencia. Linfen continúa liderando el ranking de las ciudades más contaminadas del mundo y en el mismo Google Maps se puede comprobar ello sin necesidad de viajar.
No es problema de la calidad de la imagen, es el aire contaminado que no permite una buena vista de Linfen.

Aun en su miseria, esta ciudad es un gran generador de dinero para el gigante asiático y sin duda contribuye en su meta de ser la primera potencia económica (algunos dicen que ya lo consiguió). Pero la calidad de vida de sus habitantes es pésima y da mucho qué pensar sobre los hombres que dirigen el país y los intereses económicos del planeta en general…

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